15 de febrer 2009

AUTORRETRATO


Soy intuitivo.

Soy vanidoso, pero no orgulloso.
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Soy creativo, iluso soñador utopista.

Rindo culto a la pereza y soy paciente como buen amante de la calma y la pachorra.

Aún siendo amante de la tradición y cultivar la veneración por las culturas de la antigüedad -como estudiante, siempre se me dieron mejor los principios que las prolongaciones: Grecia antes que Roma, Románico mejor que Gótico, Renacimiento por delante de Barroco o Romanticismo frente a Realismo- aún así, digo, también necesito romper los vínculos originarios para poder descubrirme a mí mismo, una especie de 'anarcoconservador'.

A todos los que me habéis escrito, preguntándome, os diría que no os dejéis engañar. Éste lugar es, básicamente, a pesar de las apariencias, un lugar de ficción -"inventamos para decir la verdad"- y, mediante ella, tiene la intención de quitarle la pátina de ceniza que el fuego cotidiano acumula sobre la realidad.
Intencionalidad reforzada a través de cierto desparpajo, aliñado con algo de desacralización, retirando las anteojeras de la mirada severa y procurando evitar, con esfuerzo, tomarme en serio, tanto a mí mismo como a todo lo demás. En otras palabras: ejercer de cotilla.