08 de febrer 2007

VENDER MÁS LEYENDO MENOS (1ª PARTE)


Durante una entrevista, a un veterano librero se le preguntó por el estado de las ventas y, tras una breve reflexión, respondió: "Se venden más libros pero hay menos lectores." A priori la respuesta encierra una curiosa paradoja. Él lo explicaba mediante los análisis de ventas realizados al cierre de los últimos años.La franja del lector medio (entendiendo como lector medio al leyente de unos doce o quince libros anuales) no aumenta. Además entendía que esta franja se está uniformando; o sea, que las lecturas que escogen son cada vez más homogéneas. Se trata de un detalle que no pasa desapercibido en el sector: los libros más vendidos aumentan las diferencias en número de ejemplares respecto a los de menor venta; se agranda la brecha. Una de las causas que aducía es que la oferta editorial, en términos generales, se estaba banalizando. Eso provocaba un descenso del nivel de exigencia literaria, acaso inconsciente pero real, de los lectores.

¿Hacia dónde se encamina el mercado editorial y el futuro de negocio en las librerías? Ojalá lo supiera, dejaría de ser un mileurista.

Analizando los resultados de las ventas en la sección de narrativa, sección estratégica para la inmensa mayoría de libreros, se observa que el crecimiento anual es prácticamente imperceptible (en torno al 1%). Y respecto al resto de secciones de no ficción, especialmente las de tipo divulgativo y/o de carácter técnico como fotografía, electricidad, animales, jardinería, viajes,... Tradicionalmente rentables, la situación se ha agravado en los últimos años (quizá por las consultas a través de internet). Convirtiéndose en ostensible bajón al mirar hacia los libros de informática. ¡Ah, la informática! De ser la indiscutible reina de estas secciones, con permiso de la cocina, en la década de los '90, con crecimientos espectaculares tanto en ventas como en espacio de exposición, ha pasado a ser posiblemente el apartado menos rentable. Menuda rareza: a mayor auge de los ordenadores y de las conexiones a internet, el declive de estos manuales se acelera.

Dejadme dar unos datos. El Corte Inglés reduce los espacios destinados a libros en una parte significativa de sus centros y las ventas llevan un par de años, como poco, sin crecer. Crisol, la cadena de librerías del grupo Santillana, cerró sus tiendas en el centro de Barcelona. La Casa del Llibre en el Passeig de Gràcia abrió sus puertas enarbolando la bandera del libro de fondo; a estas alturas han canviado la orientación hacia un modelo tipo Fnac: grandes apuestas por la novedad, rotación vertiginosa y corta vida en los anaqueles.

¿Con qué elementos cuentan las librerías de corte generalista para limitar esas pérdidas de ventas?

3 comentaris:

Montse ha dit...

Desolador :(

Olves ha dit...

Sí, la verdad es que el panorama es desalentador. En Madrid pasa tres cuartas partes de lo mismo. Además cada vez hay más tiendas de saldo de libros (en general, libros de pésima calidad).

En cuanto al empobrecimiento literario de la oferta (y por consiguiente, del lector), estoy de acuerdo, y creo que seguirá aumentando si la política de bibliotecas va hacia donde amenaza.

Espero con ganas esa segunda parte.

Un saludo

El llegidor pecador ha dit...

No veo un panorama ni desolador ni desalentador; creo que la cosas no están tan mal. Espero que la segunda parte os haga ver las cosas de un modo más esperanzador.