Com expressar en paraules, com ajuntar grafies, signes, per tal de traduir un sentiment, un desconsol fet de miquetes subtils, tènues, impalpables?
Aquest petit miracle es fa possible a la novel.la curta "La isla" de l´escriptor italià Giani Stuparich.
Un pare, malalt, demana al seu fill que l´acompanyi a visitar l´illa natal. Ambdós són conscients, saben que la malaltia no té remei però s´esforcen per viure amb serenor i una certa calma, malgrat que el fill provarà d´afrontar la situació sense èxit.
Verbalitzar un estat d´ànim com el de un fill quan veu l´ombra de la mort planar damunt el pare:
"Antes de ver, ahora ya con luz,por encima de la jaula del aparato, el rostro consumido de su padre, había experimentado un sentimiento de terror en las raíces: como una planta joven que pudiera advertir en sus raíces un deterioro mortal. En aquella suspensión del tiempo, fuera de las contingencias, había vivido con horror, en una lúcida parálisis de todo su ser, la muerte: en aquella pantalla había visto una parte de sí mismo."
Una mescladissa de sensacions que acaba per aixecar una barrera entre pare i fill a l´hora de parlar-ne:
"De nuevo, la duda de que su padre tuviera una conciencia clara de su mal le impidió responder y le produjo una profunda sensación de angustia. ¿No hubiera sido quizá aquel momento de hablar con la misma sencillez y franqueza?"
Tot això en un entorn senzill, fet d´elements bàsics, elementals, on la llum, l´aigua, les pedres, l´aire, els matolls, tenen una individualitat pròpia; on els matissos de les coses vénen donats per la barreja però sense perdre la seva singularitat:
"Padre e hijo caminaban uno junto a otro en silencio. En la intensa luz los contornos de las cosas vibraban como electrizados; el viento pasaba casi visible, expandiendo su sonoridad por todas partes."
"...Entre el ramaje azulenco de los olivos se transparentaba un cielo más cargado; en el aire detenido había una fragancia que llenaba de gozo, los aromas de la tierra se fundían con el olor del mar: pino, menta y adelfas con la sal y las algas."
Un reguitzell de imatges creen situacions d´un fort contrast, n´hi ha per tot el text i, la veritat, no sé com interpretar-ho:
"¡Pero menuda carga, bajo aquella lona festiva, en aquella barquichuela amarilla que jugueteaba con sus llamativos reflejos en el agua! El hijo revivió con estremecimiento la impresión que experimentó un día en Venecia cuando, en medio del Gran Canal, todo él palpitante de luz y de vida, vio deslizarse una góndola fúnebre."
Acabo amb aquestes paraules en boca del pare on l´autor ens regala una definició del que podria a ser la vida:
"Yo, la afición a la pesca la he tenido desde siempre. Me tranquiliza: respiro este aire de tal modo que me parece tener el mar en los labios, veo ponerse el sol, moverse las barcas silenciosamente, no pienso en nada; y mientras tanto, estoy siempre a la espera de una emoción. ¿Qué más quieres? Si toda la vida fuera así..."
(La isla - Giani Stuparich; Ed. Minúscula: Barcelona, 2008)
2 comentaris:
Vaig llegir aquest llibre fa uns dos mesos. No puc llevar-m’ho del cap, és perfecta en tots els aspectes. GRAN literatura. Tenc un “post” mig enllestit per penjar al bloc però ja serà desprès de l’estiu. Un saludo cordial i bones vacances llegidor pecador.
Doncs sí, rodona del tot. A reveure.
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