- ¿Hueles eso? ¿Lo hueles, muchacho?
- ¿Qué?
- Sant Jordi, hijo. Nada en el mundo vende así... ¡Qué delicia vender en Sant Jordi por la mañana! ... Una vez, durante doce horas, comerciamos en una parada y cuando todo acabó, miré... No encontramos ni un libro de esos autores de mierda... ¡Qué pestazo a devoluciones encajadas! ... Aquella parada... olía a... victoria.
2 comentaris:
Aunque tenga que chupar, que lamer o rebajarme... ¡A dios pongo por testigo, que jamás voveré a pasar hambre!
(http://www.youtube.com/watch?v=kdjvFstKvyk)
¡Ah! Adecuadísimo para el oficio de escritor, sí señora.
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